Rusia


La capital de la República Rusa, Moscú, está rodeada por colinas que circundan la ciudad en la que se mezclan con un gusto exquisito monumentos, parques y zonas residenciales con preciosos jardines. Surcada por el Río Moscova, la ciudad se encuentra salpicada por numerosos canales y ríos navegables que la unen con otras zonas del país conectando con el Mar Báltico, el Negro, el Blanco, el Azov y el Caspio. Pero no sólo está bien comunicada a través del agua, Moscú cuenta con un impresionante despliegue de redes de comunicación, por aire, cuenta con un aeropuerto que admite vuelos internacionales y por tierra con una excelente red de ferrocarril y de carreteras. 
La Plaza Roja
El centro de la vida de Moscú se encuentra situado en esta plaza. Fue proyectada por orden de Iván III con el fin de crear un espacio abierto frente a las murallas del Kremlin que impedían los incendios, frecuentes en la época y que podían arrasar la ciudad en poco tiempo ya que los edificios estaban construidos con madera. Llegar es muy fácil ya que todos los transportes públicos pasan por ella. Realmente hermosa, la Plaza Roja es una de las más grandes del mundo con una extensión de 74.831 metros cuadrados de superficie, 695 metros de largo y 130 metros de ancho. 
El Kremlin
Rodeado por 2 kilómetros de muralla, con 20 preciosas torres, que se pueden recorrer a través de un paseo paralelo al río y el jardín Alesksandrovskiy que hacía las funciones de foso del Kremlin. Esta ciudad dentro de la ciudad se ubica en una colina de 40 metros de altura. Construida en madera en 1156 fue arrasada por el fuego 82 años después para ser reconstruida ya en piedra blanca en 1368, lo cual no evitó que fuera nuevamente destruida, esta vez por los tártaros. El Kremlin que conocemos hoy es obra de los arquitectos italianos Fiovaranti, Solari, Sforza, Rufo y Aloiso, todos ellos contratados por Iván III. Con el mandato de Pedro I el Kremlin dejó de ser el centro del país ya que el zar temía que se repitieran las intrigas y asesinatos que tuvieron lugar en el interior de esta fortaleza. Por ese motivo trasladó la corte a San Petersburgo en 1713. Esta impresionante ciudadela recuperó su importancia con la revolución de 1917 al instalarse el Gobierno Soviético en sus hermosos palacios.

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